sábado, 22 de agosto de 2009

● Mi llamada ganadora de Doña Bocasucia.

A pedido del público (bueno, sólo una persona que me comentó en la entrada anterior), el relato de la llamada al celular que me desgarró un poquito el ánimo, el cual rezo en el Post Data de "Un artista obsoleto" que está abajito.
Era una noche solitaria y fría, como la mayoría. Pero esa vez, lo era porque mi padre había salido por ciertos lares de concurrencia artística, a intercambiar intelectos y críticas. Tratando de pasar el tiempo con algo productivo, pues, decidí hacer una nueva Entrada para el presente blog, buscando la inspiración y las palabras necesarias para argumentar un pensamiento hacia una lamentable realidad.
En ese momento el celular "sonó", o debería decir "vibró" ya que de otra forma no lo escucho, por más estúpido que parezca esto. Le contesto a un número desconocido, para oír a una mujer que hablaba como alguna de esas tías abuelas perdidas, que uno no siempre conoce, pretendiendo saludar después de tiempo contando cómo nos cargaba de bebé, casi el mismo timbre y entonación de señora cariñosa, pero sólo casi. El diálogo fue más o menos así:

- ¿Aló Buenas noches? - siempre saludando formal, pues nunca se sabe si te llama el presidente o Emma Watson con Audrey Tautou en tanga.

- Buenas... ¿Con quién hablo? - respondió. Cómo detesto que me pregunten eso, ¡¡a quién miércoles llamas pues!! además, no vaya a ser una mujer pasteando a ver si hay alguien en mi casa, sacarme los datos y robarme. Pero mantuve la cordura y le contesté.

- Pues... con Roger, ¿con quién desea hablar? - le digo un poco intrigado de lo que busca, aun fastidiado de su pregunta.

- Roger... - Y cambiando su entonación, comenzó a recitarme, así como dice un profesor, "la flor de la canela"... derrama lisura.- ¡¡Óyeme c*nc#a tu madre, blah blah blahblah blah blah blahblah blah!!...

Por la velluda de tu hermana. Una mujer que supuestamente ya sobrepasó cierta madurez, cree solucionar los problemas hablándome con ese vocabulario tan bajo y repugnante, tanto que me costó mucho creerlo. Si se hace llamar "dama" o "mujer", sería un descaro de su parte. Como el oído me estaba sangrando de todo eso, apenas pude entender lo que sucedía entre sus adjetivos: algún enfermito, le estaba mandando mensajes de texto obsenos al celular DE SU HIJA que según ella, era yo, ya que: "¡¡calla mi*rda, éste es tu número h*evón!!".

Yo me sorprendí, no me sentí ni humillado ni asustado. Sólo trataba de calmarla para hacerle entender que se ha equivocado de número, obviamente no fui yo. Sin embargo no me creyó. Amenazó con denunciarme, que ya tiene mis datos y que "¡¡ya te voy a ver la p*ta cara!!". Seguía tranquilo, incluso reia un poco, tratando de calmarla y convencerla de su error... pero fue en vano. Con alguna de esas otras palabras, me colgó.

Pensar demasiado en algo, suele ser perjudicial (depende cómo se piense), y al parecer lo hacía de la forma incorrecta. Me imaginé a mi pobre familia soportando más probelmas, sobre todo a mi padre encarando a una señora berrinchosa con mil policías y helicóptero en la puerta de mi casa, también a mi madre preocupada a la distancia, y al resto de mi familia y amigos en equivalente estado. Se lo conté al poco rato a varias personas (gracias MSN) y pues me dijo una amiga que mejor la llame y le aclare la situación (sí sí Merli, tú. Por si te picas de no nombrarte).

Prendí un cigarro (que jamás ayuda, sólo lo prendí), busqué el número en mi celular, lo marqué desde mi teléfono fijo, respiré una bocanada de oxígeno antes de una de nicotina, inflé el pecho y llamé. ¿Pueden creerlo? era más de la 1:00 a.m., aproximadamente una hora después de lo sucedido. Pensé que sería un poco más fácil, suponiendo que sería una mujer sin tantos sesos, que tiene una hijita movidita de 15 años que le da su número a cualquier jugadorcito de alguno de esos antros de malamuerte (y ya me han pasado cosas similares por esas brutitas engañadas).
Demoró un poco en responder, fácil ya estaba durmiendo, ¡¡pero a mí qué me importa!! ¡¡para que se mete conmigo pues!!. Se dió masomenos de esta forma, dando yo el inicio. Respuestas respectivas al orden:

Yo:
- Mantengamos la diplomacia señora, explíqueme bien que está sucediendo.
- Trato de explicarle que se ha equivocado de número, no he sido yo.
- Soy un estudiante de diseño gráfico, 23 años, cómo cree que voy a ser capaz de tales canalladas.
- Ok señora... denúncieme pues, así va a ver que no he sido yo.
- Bueno es que me han dicho que llame para aclarar la situación (ahí me trabé, torpeza mía).
- No no, Claro no, Movistar. Vaya si quiere a Telefónica y pregunte desde hace cuánto no le pongo saldo a mi celular (¡puf! y es verdad, desde el turbio Marzo que no le recargo la tarjeta).
- Ok señora, como le digo, denúncieme y así se dará cuenta.
- ¿Cómo cree que voy a hacer eso?
- Ya tenemos suficientes problemas, no me venga con otro en el que no tengo nada que ver.
- Ok... vaya y denúncieme.

La señora hablaba un poco más serena, pero aún así no se guardaba sus improperios.

La señora de las cuántas décadas:

- Has estado mandándole mensajes a mi hija todas la noches con palabras groseras, !!todas las noches estás que jodes!!
- ¿Ah qué? ¿Osea otro celular también tiene tu número? Éste es tu número, lo tengo anotado y el registro de cada mensaje.
- Y a mí qué me vas a venir con que eres estudiante y eso, qué ¿dónde estudias? ¡¡Te voy a denunciar y te voy a seguir hasta donde estudias y sacarte tu mi*rda!!, ¡¡mi hija es una mujer casada!! (se le olvidó decir "muda" y "manca").
- ¡¡Ya demoraste mucho en llamar hijito, si no fueras tú no lo hubieras hecho, andas pataleando que no te acuse. Voy a ir a la compañía "Claro" a pedir un registro de tus mensajes y llevarlo a la policía!!
- Mañana mismo temprano voy a ir a la comisaría a denunciarte.
- ¡¡Deja de joder a mi hija, es una mujer casada y estás que le envías porquería a su celular hijo de p*ta!!
- Mira no sé, pero te advierto que mañana mismo te denuncio porque tú has sido, ¡¡deja ya de joder a mi hija!!
- Mañana mismo te voy a denunciar y te voy a conocer y te seguiré a donde estudias.
- Blah Blah Blah Blah Blah Blah Blah Blah Blah Blah Blah Blah y Blah Blah!!! (no tengo mucha memoria de lo que me dijo al último como para escribir la idea, pero me insultó una vez más y colgó) - ¡¡CLICK!!

No ha sido precisamente así, se nota por lo aburrido que es. El punto es que no me asustó, lo que ella pretendía nada más, sino que sentí una tremenda impotencia de no hacer lo suficiente para defenderme como debería, y que me acusen de una barbaridad que no hice y que no tengo nada que ver. De la nada llega una mujer a agredirme y todavía a meterse con mi madre, que hice yo para que me sucedan estas cosas, yo tranquilito haciendo lo mío, sin causar nada a nadie, es el destino queriendo sólo arrastrarme una vez más.

No debería afectarme, pero me sentí estúpido. Ahora ya no, pero lo que si me hace pensar es cómo hay muchas personas que siempre me prejuzgan a como prefieren o a como otros dicen de mí por dejarme mal, debajo de su mugrosa alma que nadie ve.

Ojalá vaya y me denuncie y salga deseando se le trague la tierra, pues sea quien sea el obseno, aún la molestará cada noche a la misma hora desde del mismo lugar a la hija casada, muda y manca, que supongo será igualita a la mamá. Si la quiere tanto a su hija y sabe lo que es ser madre, debería recordar lo que luchan por tener a un hijo, como todas, y la mía casi se me muere por alumbrarme. Por ende, si un día me ve mi p*ta cara, ojalá que su vergüenza no le impida, al menos, disculparse con ella.