jueves, 8 de diciembre de 2011

● ARGOS (Acid Funk)

Recuerdo haber visto a muchos de mis amigos de la promoción del colegio juntándose en algún lado del pasillo, salón, escaleras, patio y creo que hasta en el baño, para tocar la guitarra juntos. Teníamos entre 12 y 13 años, entre ellos estaban Javier, Pedro Castro, Pedro Sánchez, Ricardo, Jorge, creo que también Ioam.

Yo en ese momento ya sabía batería pero era difícil hacerme conocer como baterista, pero no sabía tocar guitarra, veía los trastes y las cuerdas sin números ni letras ni nada que me haga entenderlo, solo una cuadrícula de carne retorcida con madera, un amasijo hecho de cuerdas y tendones, un instrumento sin mejores resplandores, que cosa fuera corazón que cosa fuera, que cosa fuera la maza sin cantera, un testaferro del traidor de los aplausos, un eternizador de dioses del ocaso, júbilos hervido con trapo y lentejuela, su clamorosa cintura en la que el cuerpo respira, preñada de son estira la carne dura, arde la guitarra sola, mientras la luna se acaba, arde libre de su esclava bata de cola, que deja el borracho en su coche, alta siempre no caída, traiga su risa y su llanto, clave las uñas de amianto sobre la vida, voz de profunda madera desesperada, la cual debes cogerla tú guitarrero y toca tu son entero...

El son del querer maduro...
(tu son entero)
el del abierto futuro...
(tu son entero)
el del pie por sobre el muro...
(tu son entero)...

...la guitarra en tarima de rótulas pronuncia la luz en siete notas, combina las almas con la brisa que en tu vientre rebota, vertimos sangre y lágrimas en sus cuerdas y de lejos te mira como el consuelo de la vida misma, o te anima a entonar la risa.

Siempre veía a mi padre tocar guitarra, y siempre le dije que era difícil aprenderlo, hasta que me enseñó una canción bien fácil, esa que dice: lloraaaaaaaaaaarrr y lloraaaaaaaar... y la aprendí facilmente, para entonces yo ya tenía 14 años. Como no tenía suficiente influencia musical (y creo que todavía no la tengo) la única música que escuchaba era la que sonaba en las radios, no eran las WOW para mí, pero simplemente las escuchaba, ¡ah sí! pero mi influencia no comenzó así, desde que tengo uso de razón escuchaba la música que mis padres sintonizaban en la radio, y las emisoras eran Sol y Armonío (ahora llamado radio Filarmonía) y una emisora la cual extraño muchísimo: Stereo 100, era mi favorita, donde pasaban música 60's, 70's, 80's, recuerdo las entonadas del intro de myu Cherie Amour de Stevie Wonder, la trompeta que introduce el cambio de ritmo de la canción Uncle Albert de Paul McCartney, ¡claro que los Beatles! Undun de the Guess Who, Venus de Franki Avalon, Venus de Shocking Blue, I'm a believer de the Monkees... recuerdo que ni conocía a los hippies y por algún motivo desconocido imaginaba pelucones corriendo en imagen antigua, juntos buscando una especie de libertad, cada vez que escuchaba el coro final de Hey Jude.

Sin embargo, yo conocí el encanto de las melodías, sobre todo el de tocarlas, con los Red Hot Chili Peppers. Nunca los había escuchado antes y ese año 2000 ellos lanzaban su álbum "Californication", el cual me parece el úiltimo album donde Flea se pulió en las partituras souls del bajo. Esta banda fue la puerta gigante de figuras talladas de querubines que te llevaba a otra dimensión, me llevó a conocer lo que es el rock (yo de pequeño creía que el rock significaba ser un chico vestido de blue-jeans rasgados y tener un pelo inmenso y ondulado, caminando y hablando como ese cantante horrible del Tri de México... así que "nos vemos"). Tal fue mi afán de tocar sus canciones que ensayaba sus canciones en la guitarra todo el día, todos los días, en mi casa y en el colegio. Así conseguí alcanzar a mis amigos que tocaban guitarra ya de años, y me enseñaban trucos y formas de tocar (aún utilizo la forma de tocar los quintos como me enseñó Javier). En el último año de colegio, con mis amigos decidimos formar una banda.

LA BANDA: Free your mind / Castrosmith / Skultores de almas / Argos (acid funk)
No recuerdo cual fue el preciso motivo por la que formamos la banda, pero a mi me daba igual, estaba animadísimo. Un día nos reunimos al fondo del salón en el recreo, estábamos Javier, Pedro (Castro y Sánchez), Jorge, Gianfranco y Héctor (y no va a ser, ya que su padre es músico de Jazz y tiene toda una influencia, me sorprendió su talento de tocar guitarra y como no se perdía ningún detalle cuando sacaba una canción para hacerla cover). Hablando, discutiendo, debatiendo, posiciones y nombres de banda, hablamos buen rato por varios días, y yo al ver que todos querían ser guitarra (respecto a la batería queríamos ver a quién le ligaba) dije "ya pues yo seré el bajo".

No sé cómo, encontraron el dato de un estudio de música cerca al mercado de magdalena, creo que fue Pedro Sánchez (se llamaba JAM, donde nos atendía un señor de cierta edadcita, su hija que nos embobaba un poquito y un baño clausurado porque, como caja de Pandora, si habríamos la puerta salía un olor pestilente que no se iba para nada). Luego conocimos un estudio donde tenían instrumentos más mantenidos, no como el anterior que tenía la batería rota y cuerdas oxidadas, se llamaba Fonola. Ninguno de los dos estudios existe ahora.

Ensayando y probando cargos, Javier que era de los mejores tocando guitarra, también resultó ser el mejor batero, así que quedó en la batería. Por algún motivo, entre toda la gente que fue, quedamos solamente cuatro: Pedro Castro en la guitarra (primera y/o segunda), Héctor en la otra guitarra (primera y/o segunda también), Javier en la batería y yo en el bajo. En nuestras vidas hemos tocado en 3 ocaciones, la primera fue en la vervena del colegio, en mayo, como intentamos tocar Californication de los RHCP, y yo me sabía toda la letra, ellos decidieron que sería una buena canción para tocar en el evento. Yo no quería, canto mal, pero ellos me persuadieron de rodillas y parados de cabeza para que cante, así que no tuve otra opción.

Era nuestra primera presentación y tocamos On a Plain de Nirvana y claro, Californication. On a plain salió muy bien, había mucha gente en el público, incluyendo esos niños que me tonteaban mucho porque saben que yo no golpeo a nadie, una niña que solo conocía de vista comenzó a reirse de mí, los niños de su salón también, el hermanito de la chica que me gustaba y la banda cual por algún motivo se hizo nuestra pacífica competencia, y bueno también habían padres de familia y chicos de mi salón y de salones cuasi contemporáneos. A Pedro se le desafinó la guitarra en antes de la segunda canción, y Javier comenzó a afinarla, me sentí algo fastidiado y le dije que use la guitarra que iba a utilizar yo, así que no me quedó otra que cantar sin nada más que el micro en las manos. Comenzó la canción, cante la primera estrofa con mucha vergüenza y mi voz de claxon, y antes de pasar a la segunda, observo entre mi gente de la promoción a Kike e Igor me alzaron los pulgares como diciendo "lo estás haciendo bien". Eso me dio ánimos y confianza para seguir cantando, así que seguí cantando, mirando un punto en el espacio, pensando si mi madre estaba por ahí mirándome (ya que estaba colaborando en la caja de los tickets para la comida y demás vicios), o si me estaba mirando la chica que me gustaba, si fue una buena opción utilizar ese polo sin mangas del demonio de Tazmania, si mi pelo se veía bien, pensaba por qué mi voz se escucha diferente por el micrófono, si Pedro iba a lograr tocar el solo al compás esta vez, si Oswaldo estaba filmándo mi mejor ángulo y lo más bobo que hice fue imitar el Tai-chi dance característico de Anthony Kiedis... y lo peor... terminar de cantar diciendo un YEAH con voz putrefacta. Cuando bajé la vista para ver al público, más de la mitad ya se había ido. Ni modo.

Me llamó la atención como un chico que ya había terminado del colegio, y cual formaba parte del grupo de chicos que intentaban golpearme, me felicitó, y luego otro chico que ya había visto por ahí (fue nuevo ese año) y no conocía, me felicitó tambien con más palabras.

Fue un buen intento, lo único que mi madre me dijo, fue que decidió no mostrarse al la hora de que toqué porque desde pequeño me ponía nervioso cuando ella estaba presente y yo ante una tarima, y no me dijo que canté bien, me dijo: ¡qué valiente que fuiste!

La segunda presentación el mismo año (2002) en el colegio fue mejor, tocamos tres canciones: Get free de The Vines (canción que ahora la tenemos podrida de tantas veces que la tocamos), Hate to say i told you so de The Hives y Break Out de Foo fighters. Recuerdo ese día, el profesor de música se enojó porque no estábamos todos para la prueba de sonido (me olvidé que en el primer concierto no hicimos prueba de sonido porque el resto llegó cuando el evento ya había comenzado) Héctor tenía que dar un examen, y el colmo fue que al vicioso de Javier se le ocurrió ir a jugar videojuegos en línea, y su papá tuvo que ir corriendo a buscarlo. Durante el concierto Héctor se loqueó como nunca tocando la guitarra, Javier cantó todas las canciones con su papel al costado. Fue un buen concierto a pesar que muchos no quisieron que toquemos de nuevo, piña pues!

La tercera tocada fue en un bar de Barrando llamado "Bossanova" que ahora no existe, el estudio de música donde ibamos a ensayar hizo que toquemos ahí he incluso que salgan los primeros 30 segundos de la primera canción en un canal de Tv independiente. Aquí fue cuando ya nos habíamos definido como Argos, a Pedro (¿o Javier?) se le vino ese nombre en mente y nos lo propuso. Cuando fuimos al canal de telvisión para reclamar las entradas que teníamos que vender, el señor de la oficina melómana y discos de vinilo pegadas en su pared, nos preguntó el género de nuestra música, y bueno, no sabíamos que responder ya que sólo tocábamos covers, contestamos que tocamos como que... así... osea... Red Hot Chili Peppers... y el hombre dijo: ah ya, eso es Acid Funk, y así que en las entradas puso el nombre de nuestra banda como: Argos (Acid Funk).

En esa presentación tocamos seis canciones: Por segunda vez tocamos Get Free, Break Out, On a plain y Californitacion (esta vez no la canté yo), y además tocamos Sliver y Launge Act (canción pedida) ambas de Nirvana. La noche no terminó en borrachera ya que teníamos 17 años.

Espero que haya una cuarta presentación de Argos acid funk y amigos el siguiente año en el colegio, para antes que me vaya a Francia (si es que voy).

On a plain - Nirvana:
http://www.youtube.com/watch?v=aGAFR1wVUFY

Californication - Red Hot Chili Peppers:
http://www.youtube.com/watch?v=YlUKcNNmywk&ob=av3e

Get Free - The Vines:
http://www.youtube.com/watch?v=asOvnGHwtDU&ob=av2e

Hate to say i told you so - The Hives:
http://www.youtube.com/watch?v=MCQ7VLoY7bQ

Break out - Foo Fighters:
http://www.youtube.com/watch?v=4eNBM17tkjI&ob=av2n

Sliver - Nirvana:
http://www.youtube.com/watch?v=f87OQkzWQik

Lounge Act - Nirvana:
http://www.youtube.com/watch?v=OPYcFQxsKlQ




Créditos:
Silvio Rodríguez - La Maza
Savia Nueva - Guitarra

viernes, 2 de diciembre de 2011

● Bestia e Imbécil

Tengo fama de recordar anécdotas y simples viviencias de mi infancia desde muy temprana edad, hasta los detalles que marcaron mi percepción del mundo, como gestos faciales de los protagonistas o los elementos que conformaban la atmósfera del suceso. Aquí presento una de ellas, la cual parece tener un contenido vago, pero lo recuerdo, incluso me río solo cada vez que regresa a mi mente.

Tenía 5 años de edad, era un niño cual fue criado "escondido" de las crueles realidades que el mundo tiene, pues en mi pobre y peligroso barrio del Rímac, todo era felicidad. No buscaba pleitos, no golpeaba, no era egoísta, quizás si era demasiado inocente y por eso mi personalidad demoraba en formarse, mejor dicho, no tenía mucho criterio de las cosas pero las hacía porque así me enseñaron mis padres que debía hacer, como compartir, ser condescendiente, buscar siempre divertirse, era muy amistoso con todos, y a pesar de haber sido siempre de los menores del salón (hasta en el colegio), mis amigos me tenían mucha estima (excepto las niñas mimadas que iban al kinder vestidas como si se fueran a casar, nunca quisieron ser mis amiguitas, y peor si una me gustaba... yo que disimulo tan bien...). Según me contaban era admirado por mis amigos y los profesores por dibujar bastante, sin embargo yo nunca me dí cuenta, yo pensaba que dibujaba como cualquier otro.

En el kinder (acá en Perú se les dice "Nido") había un niño de otro salón que mucho me molestaba, la verdad habían muchísimos niños que me detestaban y siempre querían golpearme y nunca supe por qué (jamás me dejé agredir eso sí), y este niño llamado Andrés eran de los que más tenía en focus porque tenía un temperamento complicado que ya afectaba a todos. Me olvidé mencionar que el kinder se llamaba "Retama", y Andrés se creía el más fuerte de Retama, para él, nadie podía tocarlo, nadie podía desafiarlo, nadie podía hacerle nada, caminaba con su paso a los Terminator empujando a un lado las cosas que encontraba en su camino como si fuera un barco rompehielos en plena Antártida, y el chico impactaba un poco ya que no decía ni media palabra, solamente se acercaba a las multitudes para ver como ellos le temen, miraba fijamente a todos con uno ojos que se pasaban de verdes como si quisieran ser blancos, y el viento que movía su cabello rubio y ondulado. Esa mirada no se le iba de la cara, fija, firme, entrecerrados, y su boca tiesa y sin gesto ni expresión. Tanto me molestaba a mí y a mis amigos que puso mi paciencia demasiado cerca al límite, pero como no era pleitista, nunca super como responderle.

Por esos días, estaba con mis padres en un bus, yendo a nosedónde. Como siempre (hasta estos días) cada vez que viajo en bus, dejo la realidad que acontece dentro del vehículo y me quedo mirando todo por la ventana, hacia el mundo exterior, tratando de adivinar lo que la gente que veo caminando o parada en la vereda pueda pensar. Sin embargo ese día, no necesité adivinar nada de unas tres personas que se decían lo que pensaban a gritos y golpes. Eran dos hombres discutiendo, y una mujer estaba en medio, la verdad no recuerdo de qué lado tenía ella su favor, pero ahí estaba. Y entre tal alboroto, hay un pequeño silencio y uno de los hombres le dice al otro ¡¡BESTIA!! ... En ese momento mi ojos brillaron y me dije en la mente "¡Claro! es una buena palabra que le puedo decir a Andrés si me vuelve a molestar".

No demoró mucho para que el día de la oportunidad se de ya que molestar y hacerse el machito es lo único que Andrés hacía. Estábamos, mis amigos y yo, en un rinconcito donde había arena para jugar y de alguna forma él nos perturbaba la diversión. No recuerdo bien lo que pasó, pero creo que yo hice algo para defendernos, y al momento, las nubes se colocaron de tal forma que un rayo de sol caiga en nuestro espacio, todo alrededor quedó en un peculiar silencio, Andrés estaba a 3 metros de mí (ya que terminaba de molestar a los niños que estaban por ahí) y me mira que yo no dejé de mirarlo, cerré mis puñitos, tomé aire, inflé el pecho, y como nunca en mi corta vida adquirí tal coraje, y mis labios gritaron vocalizadamente (para asegurarme que me entienda): ¡¡¡BESTIA!!! ... Él por primera vez abrió los ojos como nunca los había abierto, sorprendido de lo que dije, y de cólera se acerca a mí con su cara de perro renegón como si fuera a golpearme, pero al ver que no le tuve miedo y que no retrocedí, él se detuvo y simplemente se limitó a decirme: ¡¡¡IMBÉCIL!!!.

Y fue así, como aprendí los insultos "Bestia" e "Imbécil".

Colofón:
El segundo lío que tuve con él, fue el definitivo. En el kinder había una montaña llena de neumáticos de colores, era un paraíso jugar ahí, estaba con dos amigos más, no recuerdo cuales, pero si Sebas no estaba subido en la cima de unas cañas grandes que estaban erguidas en medio del patio, estaba ahí también. Al ratito llegaron 3 niñas de otro salón que también querían jugar en los neumáticos y para eso nos querían echar del lugar, y obviamente, no lo permitimos. Entonces las niñas juntaron las esferas del dragón y sus anillos de los elementos de la naturaleza, e invocaron a Andrés en su rescate, y las tres niñas volvieron con Andrés para que él con su carota tiesa nos eche del lugar. Ahora sí, no recuerdo que sucedió, solo recuerdo que yo quería hacerme a un lado para evitar la lucha, pero él de alguna forma de atrapa, y lo que mi actual memoria me dice, es que de alguna forma hice que Andrés caiga en un hoyo formado de neumáticos que estaba a un lado de la montañita, lo recuerdo pataleando como tortuga con la panza arriba que no se podía levantar, gritando como si el fuego de su frustración le quemara la espalda, y pues el pataleo no era de dolor, o quizás sí, pero a la vez era para que no lo ataque mientras estaba tumbado. Y no lo hice, creo que tuve miedo y me fui, como comentaba, era un niño que no se hacía pleitos con nadie y dada tal circunstancia me asusté, es lo mas problable que haya pasado. Desde ahí, no recuerdo haber tenido un pleito más con Andrés.