viernes, 25 de diciembre de 2009

● Dolores de parto, por dolores de los pecados, Navidad.

Cuando veas a una mujer que no use como excusa el regalo para su niño el cual lleva a todas partes, por pedir una limosna; cuando veas que en la publicidad ya no ponen anuncios de electrodomésticos como regalo para las madres; cuando veas que los vendedores ya no se estresan tanto contigo por atender a mil personas; cuando haya amor en el calor de tu casa, es Navidad.

Cuando abras tu ventana y veas a los niños con hogar y gente que les haga pasar una linda noche, los cuales están mirando todo lo que la gente acomodada hace y hacen creer un idea falsa de lo que es la noche buena; o cuando ya no los veas pegados en las vitrinas viendo algo que anhelan sino que ya lo tienen y más; cuando ya no haya tanto ratero asechando tus bolsas; cuando compartan con quienes en ese momento trabajan, es Navidad.

Cuando ya no hayan tantas luces de colores que gastan electricidad y perturban a la ecología por pensar en su imagen; cuando no nos vendan la creencia que todo esto se trata de pavo, panetón, y sobre todo, regalos; cuando lo celebres sin ningún premio a pan y agua pero feliz con tu familia; cuando no necesites muérdagos para besar, es Navidad.

Cuando dejen de adornar con hombres de nieve y re
nos que acá en Perú no hay; cuando comas un helado en vez de chocolate caliente en pleno calor; cuando dejes de ser tan imbécil y no te mezcles con el montón de compradores por su fiebre heavy-consumer; cuando dejen de rezarles a árboles adornados, cuando te pongas feliz recordando el amor de tu familia aunque estés en la China, es Navidad.

Cuando dejen de jugar con tus afectos a su conveniencia por ser noche buena; cuando no hayan más gente hipócrita y pérfida que solo piensan para sí; cuando el espíritu navideño deje de ser la forma en como adornes tu casa y cuantos Santa Claus
pongas; cuando dejes de pretender evitar cosas malas cuando es así porque lo quieres ya que al verdadero dueño y cumpleañero no lo dejan entrar, es Navidad.

Cuando veas a un ruso dándose la mano con un israelí; cuando veas a un gringo besando a una vietnamita; cuando comiencen a llamar a todo nuestro continente América; cuando el Comunismo deje de ser la pesadilla de muchos por ser un gobierno iluso de militares sedientos de poder; cuando haya paz sin racismos, riendo, comiendo todos juntos helado y café, es Navidad.

Cuando en vez de gastar en regalos, luces, pavo, panetón, fuegos artificiales, cintas rojas con verde, bolas para el árbol, el mismo árbol y la estrellita, para invertirlo en alimentar a muchos niños y en vez de escuchar cohetes, escuchemos sus risas; cuando no inviertan en armas sino en flores para compartir; cuando en la cena de tu casa, llames a comer hasta al wachiman; cuando seamos un país sin corrupción, será Navidad.

Navidad, Navidad,
en tu cerebro y las venas,

Navidad, Navidad,
en el ratero y... ¡¡en los medios de comuniciación que se han vuelto una basura!!

la la lai... lara la... larai lalalaaa...


Y el Verbo se hizo carne,
y habitó entre nosotros.

Ruega por nosotros, santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.

Oremos:
Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor,

Amén.

Qué rico es salir y sentir ese olor del humo de pólvora que me gusta, ver familias unidas, ver niños emocionados por su noche buena, un padre llevándole su comida, su panetón, un espíritu sumamente acogedor, todo llenos de luces y adornos.

Las canciones de las lucecitas de colores, me dan una fuerte nostalgia y pena, me hace recordar cuando era muy niño y me sentaba en la sala al lado del árbol, con los focos apagados, sólo estaban prendidas las luces del árbol, del nacimiento y el sonido de sus cancioncitas.

Es obvio decir que está abundando un fuerte consumismo y materialismo e estas fechas, cosa que los niños han dado prioridad, más que el verdadero motivo de la navidad, el nacimiento de Jesucristo, y de eso se aprovecha más el mercado, es decir, pretenden que somos imbéciles, y los críos pagan el pato. La palabra "navidad" es una contracción de "natividad", que significa natalicio.


Ok, lo admito, alguna vez fuí un niño, quien no tenía paciencia para abrir los regalos. En la calle, en casa de mis abuelos, el cielo estaba lleno de colores de tantos fuegos artificiales que prendía la gente, todos con sus puertas abiertas para saludar a los vecinos entre tanta emoción que incentivaban los sonidos de los cohetes y la radio a todo volumen con el conteo regresivo.

5... 4... 3... 2... 1... ¡FELIZ NAVIDAD!

y así empezaba la rutina de los abrazos, los besos, los deseos, mi mamita (que en verdad es mi abuelita pero detesta que le digamos así) traía contenta el muñequito en cerámica del niñito Jesús con una desproporción bárbara ante María y José que estaban chiquititos, todos le dábamos su besito en la frente, un poco como que intercambiando saliva porque sólo en la frente se le besaba, eso quiere decir que quien lo besaba primero no tendría de qué preocuparse, y curiosamente la primera siempre fue mi abuelita, qué chistosa.

Apenas acaban los saludos y el poner al niño en su pesebre, lo que hacía mi mamita era arriesgarse a pagar tremenda cuenta de teléfono al agarrar el auricular y llamar a la familia, saludar a cada uno y pasar el aparato a cada uno para que den y reciban sus respectivos saludos y demás cosas que siempre se dicen y que tanto se dicen que ya pierden un poquito su valor, entre el mundo Pop, pero el afecto y el amor de familia las hace honestas.

Los rezos de mi familia, los rosarios, los misterios dolorosos, gozosos, gloriosos... se me hacían eternos, incluso me hacían señas con las manos para indicarme cuántas Avemarías más faltaban. ¿Se dan cuenta como nos malacostumbraron los medios de quitarle el valor a la oraciones al Dios?¿A quién culpamos? ¡¡a Santa Claus pues, sonsos!!

Ah, debo aclarar que JAMÁS CREÍ EN SANTA CLAUS, y agradezco eso (tururururú, siempre Coca Cola).

Por fin terminaron la oraciones, y todos me miran con una sonrisita picarona diciendo "¡ya, listo, acabó!, ahora sí, los regalos." y yo: "Yupiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!". Yo era quien entregaba los regalos a la gente, estaba sentado en el suelo al lado del árbol. Al final de todo se veía un paisaje con colores y módulos dibujados arrugados en primer plano, la gente probándose y usando sus novedades materiales, una abuelita (mamita) ausente por irse rápido a la cocina a servir la cena, y un niño saltando por ahí con sus juguetes nuevos. Aún recuerdo cuando les pedí un Lego del castillo del Dragón, y me dieron uno de Piratas, pero estaba bonito igual, el Lego del Castillo me lo dieron en aquella Navidad de mis 17 primaveras (yupiiii), o sea 10 años después.

¡¡Otra vez guindón en el pavo!!, ¡¡no me gusta!!, pero caballero pues, a darse el trabajo de dejarlo a un lado, y tener que soportar la misma pregunta: ¿Qué, no te gusta el guindón?. Tampoco me gustan esos cubitos de colores del panetón, que le dicen "fruta" y hace poco me enteré por mi sabia prima que es la cáscara de la sandía con algún colorante, sin embargo las pasas me las comía a veces, pero no son mis favoritas.

Acabó la cena, terminé mis tres raciones de pavo, y pues "los grandes" comenzaron a ver alguna cosa aburrida en la televisión, o a hablar de cosas igual de aburridas, así que... ¡chau! me voy a jugar. Mientras jugaba, veía alrededor, sentía la ausencia de mi familia en la sala, y me decía a mi mismo: "La noche tan esperada, acaba de terminar, ahora debo esperar otro año para volverla a pasar", en ese momento sentía que todo el ambiente crecía y mis brazos vibraban por aquella sensación de eternidad que me daba pensar así. Al pasar un año, después de la misma rutina, me decía a mi mismo: "ya pasó otro año, recuerdo la última vez que pensé eso, y fue hace un año... cómo pasan los meses, ahora debo esperar otro año para que se vuelva a dar lo mismo."

"Y el tiempo pasa, nos vamos... poniendo viejos... y el amor no lo reflejo... como ayer" - Pablo Milanés (creo que es de él).

Eran las navidades de mi infancia, y así como dice esta canción, el tiempo pasa, ahora ya tengo 23 años. Me dio alegría ver que, cuando yo reflexioné sobre el equivocado significado de la Navidad, todo el mundo también lo pensó casi al mismo tiempo. La Navidad es Jesús, y lo tienen plantado al pobre para hacerlo pasar a ese viejo materialista, claro, cuando no la gente egoísta, convenida y malagradecida.

Ahora la palabra "felíz navidad" se ha vuelto un simple cliché... y peor en inglés "happy christmas" por tooooodos lados... y lo dicen nada más porque lo tienen que decir, así como esas grabacoines de navidad de los Beatles, que lo decían a cada rato y ya se me hacía hipócrita y marketero... duhh...

Pero esto si es honesto: Que cada Navidad lleve bendición a sus hogares,

Amén.


miércoles, 23 de diciembre de 2009

● Bailando hacia el Paradero.

Me detuve ante la reja entre abierta,
mirándole las marcas del óxido venciendo
a su pintura negra, cerré los puños,
di un fuerte suspiro, y me decidí a hacerlo,
si no lo hago en ese momento, nunca más lo haría,
y mucho menos tendría otra oportunidad...

Decidí por fin a desafiarme y probrarme como persona,
como si hubiera subido un escalón más en mi formación humana...
era un reto... es un reto... superarme.

Una corriente de sangre fría invadía la zona de los músculos temporales,
las piernas me temblaban, las mariposas se alborotaban,
y sentí unos golpes desde dentro de mi pecho a toda velocidad.

Y lo hice... de la manera más tonta, y quizás infantil,
pero lo hice, a menos un inicio para todo lo que tenía planeando
decir y hacer...

Fue un largo intercambio de palabras,
sin embargo, mi timidez me perturbaba,
y no lo hice como lo esperaba,
no podía reaccionar ante luminosa existencia...

Postergando el compartir de mis verdaderas emociones,
dije que esperaría cuanto fuera... 525600 minutos...
cuyo conteo aún sigue y seguirá hasta el día en que mi frágil motor cardiaco
deje de bombear la poca sangre que me queda,
que va drenando gota a gota, por la abertura con la que decidí aprender a convivir.

Cuando salí, aquel camino relativamente largo hacia el paradero,
se tornó de gris a paradisiaco, cada paso que daba era como pisar el aire
que me llevaba como si buscara hacerme sentir volar... inexplicablemente dulce...
una fuerte alegría y luz de amor y esperanza me invadía todos los sentidos.
Cada salto... era una pirueta... un giro que aquella suave sensación en el pecho
me obligaba a dar... quería tirarme en la pista para contemplar las estrellas un buen rato....

Y así fui, bailando hacia el paradero...

... "yo me puse a pensar tantas cosas bonitas,
como el día en la playa cuando te conocía,
como jugaba el viento con tu pelo de niña,
y que suerte que suerte tu mirada y la mía"...

Texto de una canción de Leonardo Favio que ya me olvidé su nombre