domingo, 20 de septiembre de 2009

● Aguacero en el viejo París I (día 1)

¡Hola amiguitos! Es una gélida mañana en esta tierra pintoresca bajo el nivel del mar, que me llama a escribir una de las anécdotas más importantes de mi vida, hasta ahora, hoy Jueves 14 de Febrero del 2008. Hace un rato desperté de un sueño muy triste. Me llamo Roger, tengo 21 años y soy un dibujante que se abre camino entre el follaje de la vida como tal y como persona. Soy de esos muchachos que no pueden ir a ningún lugar sin lápiz y papel, sin música o sin una guitarra; sin embargo, aquella madrugada del viernes 1 de Febrero, a ésta última la tuve que dejar reposando en su funda contra la pared del Hall a recomendación de mi madre, ya que a donde íbamos en ese instante, no tendría tiempo para nada más que no sea pasearse, y felizmente le hice caso.

Había cruzado el océano Atlántico por segunda vez hacia el viejo continente, a Holanda para ser exacto, en donde moran mi madre y mi hermana menor. Era invierno y el sol se iba muy temprano, para que salga muy tarde. Dos semanas antes de esa madrugada que partimos, mi madre y su esposo me dieron la sorpresa durante la cena, ella con esa sonrisa llena de vida que tiene, y él respondió a mi reacción con un guiño. ¡Nos vamos a París!

Él había pedido de su trabajo, uno de esos carros que tienen un mapa guía GPS muy curioso para ubicarse y saber como llegar, ¡incluso hablaba!, eso cada vez que tenía que señalar un punto importante como doblar por una calle, parecía el auto fantástico. 1 de Febrero , 2008, 4:00 a.m. salimos en susodicho carro rumbo a la capital francesa. Yo mirando hacia atrás cómo se alejaba la casa a medida que avanzábamos, con una sensación rara y penosa, teniendo en mente que dentro de 5 horas, esté a un país de distancia.

No me dormí, nos la pasamos escuchando música, bromeando poniéndole palabras a lo que el carro hablaba y mirando letreros por la ventana. Recuerdo que ahí descubrí la canción Desafinado, versión cantada por George Michael y Bebel Gilberto. Qué oportuno, portugués. Después de bajar a un baño que apestaba, a una hora de llegar, él llamó con un "HEY LOOK", seguimos su dedo que apuntaba a la izquierda, y contrastando ante un cielo crepuscular, tipo Vanilla Sky, vimos la torre Eiffel, dándonos una majestuosa bienvenida a la ciudad luz. No tengo palabras para describir eso, fue como un sueño mágico.

Muchas cosas pasaron, que postergaré para las siguientes entradas, sino sería un texto muy largo para una sola. Eran como las 9:00 a.m. del mismo día. Yo me desesperaba por llegar al hotel porque necesitaba bajar de peso en litros (me hacía la pichi), y cuando llegamos al correcto (ya que nos habíamos ido a un Holiday Inn que no era) nos dijeron que las reservas estarán para las 3:00 p.m. y ¡¡P-M!! grité.

"Recorriendo por las calles del viejo París, recordando que estuviste junto a mí" (canción de Solera - Calles del viejo París)

Fuimos al palacio de Versalles, a ver donde comían los reyes, que caprichos tenían en sus paredes (¡wow!), ver en qué sofás se tiraban sus peditos las reinas, dónde se revolcaban las princesas y el famoso salón de los espejos, donde le cambié el rollo a mi Nikon (¡rollo pues!, ¿y?). Me sentí un poco más orientado, poz porque había mucho ezpañol ¡hombre!, y me dezían ¡¡joder chavalillo!! ¿a que oz guztaiz loz jardínez del Delfín? vale vale, tampoco ez que te pegue la oztia y porom pom pom. Debo admitir, me he roto el ojo muchas veces, qué lindas doncellitas. Los sourvenirs costaban muy caro, no pude llevar nada a nadie, ni a mi mismo. Afuera, las calles de París se bañaban de un melancólico y a la vez lúcido aguacero, como un viernes, que fue ese, de invierno.

Termino así esta primera parte de mi relato. Todavía debo contar de cuando subí a la torre, cuando el africano nos insistió varios minutos a que le compráramos su llavero a menos de la mitad del precio, de aquellas noches que amanece en París, y del ambiente maravilloso de Mont Matre. Seguiremos con más diversión.

3 comentarios:

  1. Haha pues, mire usted,qué dicha la suya, le cuento que ese día, la punta de la torre estaba en mantenimiento y llegué hasta la mitad, no llegué a comer en el restaurant porque estaba caro y mi cámara digital no era tan poderosa.

    Y la verdad que envidia, porque justamente hacer esas travesías por el mundo, es lo que quiero hacer yo. Además Europa tiene un algo que me inspiró bastante, y hasta influyó en mi forma de dibujar, cómo será con los demás lugares o continentes.

    Que yo recuerde tenia similitud con una estructura chiquita como una célula del cuerpo humano... no puedo recordar, pero lo pondré en cuanto lo encuentre, y debo agradecerle por aquella reseña histórica y haber hecho el comentario más largo en la historia de mi blog =) hehehe. Mis cordiales saludos.

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  2. Oiga buen hombre, para alguien que ha viajado mucho, y conoce personalmente el lugar, lo justo seria que de su apreciación personal no ir a una pagina y tan solo usar copiar y pegar, la información que se toma se sustenta oiga y se da merito a su autor caracho, lo que usted hace es robo, señor ladrón, http://www.liceus.com/cgi-bin/gba/eiffel.asp, eso no es muy a su altura mi estimado, así que usted engañando se va morir de hambre, busque otra cosa que hacer caballero, que usted ya esta que apesta de mentiroso, caramba solo me hace renegar de ver tanto mentiroso en la Web. Saludos y reciba un fuerte abrazo Señor Mosesazo digo Mostajo,… por otro lado buen blog e interesante anécdota amigo Roger.

    Post Data. Ya deje de hacerse pasar por ese señor, que no te queda, ya me falta poco para saber quien eres, sabandija.

    LA TORRE EIFFEL de Alexandre Gustave Eiffel
    http://www.liceus.com/cgi-bin/gba/eiffel.asp

    Atentamente: BANZERO

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  3. Era obvio que era solo un COPY PASTE...

    pero no sabía que era alguien haciendose pasar por un señor =S

    Y otra cosa es que, recien me doy cuenta de aquella intención de insultarlos al final de su comentario, disculpen mi distracción, y gracias por el comentario =) amigo Banzero.

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