jueves, 19 de enero de 2012

● Mi amor es el mar

Prólogo: Hoy, 19 de Enero del 2012, llegué fuera de tiempo a la RENIEC del Callao para sacar mis partidas de nacimiento. Yo nací un 5 de Mayo en el Hospital Naval que queda en el distrito de Bellavista en la provincia del Callao (para quienes no conocen). Recuerdo la vez que fuí acompañado de mi abuelita a la municipalidad de dicho distrito para sacar mis partidas de nacimiento, costaba 10 soles (creo) y te lo daban al día siguiente, pero si dabas 5 soles más, lo daban en una hora (qué rico negocio) así que pagamos lo adicional, y para esperar la mencionada hora de entrega, me puse a dar vueltas por la plaza con ella, y pasó rapidito. Eso fue hace años, ahora es diferente, tengo que ir a la Reniec y lo dan al instante, a 15 soles. Entonces fui para que el guardia me diga que ya había cerrado el sistema (y todavía no era hora de que cierren).

Para quien no conoce, el Callao está al lado del mar, la Reniec estaba muy cerca al mar, y por ende al lado estaba la fortaleza del Real Felipe cual es un monumento histórico-militar muy importante que está al lado... del mar. Estaba a punto de tomar el colectivo de regreso, pero como no frecuento pasearme por la zona, decidí caminar por ahí.

Muy cerca está la plaza Grau (nombre puesto en honor a Miguel Grau, un héroe peruano), me dirigí ahí para contemplar el mar. No soy escritor, soy dibujante, y mediante mis trazos intento captar la sensación y mi expresión para compartirlo con el resto, y hay cosas que sentimos que se hacen difíciles explicar, prácticamente imposible, y es por eso dibujo, ya que las palabras nunca bastan. Ver una plaza despejada, con el sol apaciguado por las 17 horas transcurridas del día.

Había tanta calma,
tanta paz,
el sonido del mar,
las estelas bailando lentamente vals,
como si nada importara más,
las olas llegaban con una elegancia a tierra,
solo queríamos estar mirándonos,
mi nariz grande y su azulado hablar,
no quería nada más que mirar el mar,
nunca había visto tanta gente junta y feliz,
sean los negociantes, sea ella al andar,
sean los niños descalzos, sean sus mamás,
sea el padre adolescente,
sea la anciana que vende,
la mujer contenta ofreciendo paseos,
cantando conmigo a la par,
que se va, se va la lancha,
gaviotas vuelan jugando con los rayos del sol cesante,
la gente sentada al borde mirando como chocan las olas en las piedras,
olas danzantes, espuma pura, blanca,
no hay mayor blancura que esa bella espuma,
acariciando las rocas, que sutil sonido,
que leve brisa, que lindo horizonte, infinito,
infinito horizonte, infinito azul,
barcos que llevan a soñadores marinos,
perdidos en el fondo con difuminación celestial,
llegando a donde jamás llegué,
ahí luchando por el progreso,
ahí apasionados del mundo...
viene música a mis oídos,
música que nadie escuchó...

Estaba muy inspirado, estaba tan calmado, bostezaba de gusto, yo que soy muy distraído, no pensé que me iba a quedar buen rato mirando el mar, el paisaje, jamás me había pasado algo así, también tengo por instinto relacionarlo con mi abuelo que fue marino, siempre me acuerdo de él (todavía sigue vivo gracias a Dios), pensar en la vida del mar, es simplemente otro mundo, como los marinos se juntan en un lado para hablar de sus aventuras, Monkey Island, Tortuga... la sirenas y Colón... el sueño de un navegante.

Todo era lindo, bello, hasta que... llegó la escoria...

Unos muchachos de pintas muy huachafas, se sentaron JUSTO ATRÁS DE MÍ, llegaron como 6 chicos, primero llegó uno cual dio una mirada rápida a ver lo que tenía en mis manos (mi bitácora con una hoja en blanco), a los 7 segundos llegaron dos más, y el primero les dijo en voz alta que ahí está un muchacho dibujando (yo), luego llegaron dos más, y comenzaron a hablar de tonteras, el último en llegar se puso un momento apoyado en el murito delante de mí, como si quisiera ver el mar, luego fue hacia atrás con ellos. Aparecieron dos más aun, uno mayor y otro que debió tener como 15 años, en ese momento dije "Adiosito", además hablaban de mariahuanas y no quería ser fumador pasivo. Estaba muy molesto, porque estaba tan contento de estar ahí, y me quiebran la inspiración, como si llegara alguien y rompiera uno de mis dibujos en mi presencia. Caminé un poco más allá, entre la gente, y me volví a sentar en el muro, pero como apestaba (seguro un animal muerto) me fui a sentarme más adelante, no olía feo pero, ya no estaba inspirado, seguía molesto, hice unos trazos que no me gustaron, así que me fui...

Le cuento a mi papá y él me dice que en realidad ellos me estaban "conociendo", qué tenía, qué hacía, cómo reacciono, que hará este chico que se nota que no es del lugar, él único (idiota) chico que viene con melena y camisa.

Dije que la música que se me vino en mente no existía, bueno, una de las tantas si existe, y es parte de un video-juego llamado Terranigma, cual me encanta, y esta canción es la que ponen de fondo en la parte de los puertos. Imaginen estar en un ocaso, sin bulla alrededor, mirando el mar y esta canción de fondo:



Saludos!

1 comentario:

  1. Linda anecdota, me senti identificada con eso del corte de inspiracion, me ha pasado. La segunda imagen me parecio demasiado buena. Like!

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